Nacer al Sur

N° 14
Septiembre 2017

Editorial

Y llego septiembre, se inicia la primavera y se renuevan los espíritus, los días se prolongan en nuestra región esperanzados en que sean más cálidos, dejando atrás uno de los inviernos más crudos de los últimos años. 

En esta oportunidad queremos llamar la atención de nuestros lectores en los límites (verdades de hoy que pueden ser las mentiras del mañana), límites que durante mucho tiempo se han establecido como gigantescas paredes infranqueables en el quehacer diario de nuestra especialidad. Desde hace más de 20 años se definió por la OMS el aborto donde 22 semanas y/o 500 gramos marcan el límite inferior de la viabilidad fetal, así como las 24 semanas marcan el inicio de la esperanza de vida de un parto prematuro extremo. Algo similar ocurre a las 34 semanas donde la interrupción del embarazo con Rotura Prematura de Membranas se indica como perentorio. Estos límites que, si bien nos permiten orientar conductas ordenadas, comparables y organizadas entre los diferentes equipos, se encuentran al menos cuestionadas; estos muros que parecían indestructibles se ven tambalear a expensas de la evidencia científica y estadística.

La cautela debe ser nuestra mirada a esta evidencia, la SOGC expone en un reporte de septiembre del 2017, sobre el manejo obstétrico en el límite de la viabilidad fetal concluyendo que debe ser analizado caso a caso, considerando la opinión de los padres y por equipos multidisciplinarios. Nos plantea la necesidad de tener protocolos locales de la atención de prematuros extremos, tener una mirada crítica de nuestras limitaciones y fortalezas para entregar el máximo de oportunidades a este grupo de pacientitos.

Por otro lado, durante marzo de este año la librería Cochrane publica un reporte de manejo expectante en pacientes con Rotura Prematura de Membranas (RPM) entre las 34 a 37 semanas de gestación, (otro de los muros establecidos por largo tiempo), los temores de infección ascendente, sufrimiento fetal agudo, desprendimiento prematuro de placenta normo inserta y prolapso del cordón umbilical no han sido mayores que las complicaciones por prematuridad tardía que afectan a los recién nacidos de embarazos interrumpidos precozmente al producirse la ruptura. Cabe destacar que seguiremos en forma prolija los reportes de los avances sobre esta materia, así como, comentarles que estamos en proceso de protocolizar esta conducta en nuestra unidad. Por ultimo contarles que nos encontramos realizando maduración pulmonar en a lo menos una dosis de corticoides en embarazos sobre las 34 semanas y hasta las 37 semanas cuando el parto es inminente.

Sin más que despedirme 

Afectuosamente 

Dr. Fernando Urzua Vargas
Jefe Unidad Materno Fetal
Presidente del Comité Perinatal Hospital de Puerto Montt