Nacer al Sur

N° 11
Junio 2017

Estreptococo grupo B en Recién Nacidos

Dr. Rodrigo Donoso Macuada

Desde la tipificación del Streptococcus agalactiae o Estreptococo Grupo B (SGB) en 1930 por Lancefield se describió a esta bacteria como una causa de infección. Inicialmente aislada con más frecuencia en mastitis bovina, sin embargo  en humanos se documentaba que  podía producir cuadros invasivos asociados al periparto. Ya en los años 1950 a 1970 pasó a ser la principal causa de sepsis neonatal en Estados Unidos y en el mundo.

El factor de riesgo principal para la infección del neonato tiene que ver con la colonización materna gastrointestinal o genitourinaria, y según el momento de presentación de infección en el infante la enfermedad se puede clasificar en 1) De Inicio Precoz: Desde al nacimiento hasta la 1era semana de vida, 2) De comienzo tardío: Desde los 7 o más días de vida y 3) De comienzo muy tardío: después de los 3 meses de vida

El diagnóstico comienza con el screening en las madres entre las 35 a 37 semanas de gestación y su realización fue un tema promovido por el Colegio Médico, Colegio de Matronas y la Sociedad de Obstetricia y Ginecología a principios de este año y que el MINSAL manifestó se realizaría a todas las mujeres con embarazo de riesgo en Chile.

En las distintas formas de presentación, ya sea precoz, tardía o muy tardía predomina la sepsis sin foco, pero en los casos precoces se ven más neumonías y en los casos tardíos y muy tardíos se producen más meningitis y compromiso de partes blandas o huesos.

La profilaxis antibiótica dada a la madre antes del parto ha mostrado una disminución en la infección de comienzo precoz, pero la de comienzo tardío se ha mantenido estable, siendo hoy la forma más frecuente con una incidencia descrita de 0,28 a 1 por 1000 recién nacidos vivos (en el Hospital de Puerto Montt eso implicaría 1 a 3 casos por año aproximadamente).

La problemática está dada por la severidad y morbimortalidad que pueden producir estas infecciones (mortalidad de 5 a 20% y secuelas de hasta 30%), en ese contexto se ha descrito que existirían cepas hipervirulentas que generarían adhesinas (HvgA) que favorecerían la infección del recién nacido y por otro lado han aparecido cepas resietentes a eritromicina y claritromicina, pero afortunadamente la penicilina y la ampicilina siguen teniendo buen efecto y siguen siendo de elección.   

Las rutas de transmisión que causarían las infecciones de comienzo tardío no están bien claras y se sugiere que sería a partir de la colonización rectovaginal materna y la posterior colonización de piel o gastrointestinal del recién nacido que llevaría a una posterior infección, se han descrito también casos de transmisión por leche materna o por agentes del medio ambiente.

Por todo lo anterior se han desarrollado vacunas destinadas a las madres con el objetivo de entregar anticuerpos al feto y recién nacido, sin embargo los estudios al respecto no han mostrado inmunidad adecuada. En consecuencia, los esfuerzos actuales siguen destinados a mejorar la profilaxis y el diagnóstico.

Referencias:

1.- Pediatrics in Review, Vol. 38 No. 6 JUNE 2017
2.- Rev. chil. pediatr. v.79 n.5 Santiago oct. 2008