Química y Farmacia

N° 3
Septiembre 2022

Carolina Gómez Gaete:

“Con la nanotecnología buscamos reducir efectos adversos en fármacos”

La investigación sobre nanotecnología terapéutica en Chile se inició a mediados de la década pasada. Si bien las formulaciones liposomales ya estaban en el mercado, la incorporación de nuevos polímeros -naturales o sintéticos- ha permitido contar con una amplia gama de materiales para desarrollar preparados más estables y versátiles.

En la actualidad, las principales líneas de investigación en el país se enfocan en el desarrollo de sistemas de liberación controlada de fármacos, o bien nanoformulaciones dirigidas a determinados órganos o tejidos, diseñadas principalmente para disminuir efectos adversos asociados con la administración de fármacos.

Así lo explica la Q.F. Carolina Gómez Gaete, profesora asociada de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción (UdeC), cuyo trabajo se ha enfocado en el desarrollo y caracterización de nanoformulaciones de antiinflamatorios para patologías crónicas como la artrosis y la artritis. 

“También hemos encapsulado principios activos para el tratamiento de infecciones o patologías neurodegenerativas, los cuales, por sus efectos adversos, no son de primera elección. Entonces tomamos estos fármacos, o sus metabolitos activos y evaluamos su comportamiento in vitro, en cultivos celulares o in vivo”.

En esa etapa, explica la doctora en innovación terapéutica de la Universidad Paris XI (actualmente Université Paris-Saclay) y magíster en ciencias farmacéuticas UdeC, se presta especial cuidado en la correcta elección de los componentes de matriz, considerando siempre las propiedades fisicoquímicas del principio activo, la vía de administración propuesta y el efecto que se desea conseguir. 

“En colaboración con académicos de la Facultad de Ciencias Biológicas estamos encapsulando moléculas frágiles como ADN plasmidial o proteínas, apuntando a desarrollar procesos que eviten la pérdida de actividad biológica y permitan maximizar la llegada al órgano diana. En otras universidades nacionales también se impulsa esta área, con líneas de investigación que se orientan más a la utilización de nanopartículas inorgánicas como estrategia para imagenología y diagnóstico”, agrega la directora científica de la Sociedad Chilena de Químicos Cosméticos y exdirectora del Colegio de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos de Chile y de la Sociedad de Farmacología de Chile.

- ¿Con que enfoque están trabajando hoy?

La investigación en Chile tiene una orientación muy similar en comparación con centros internacionales: tratamiento de enfermedades crónicas, diagnóstico y abordaje del cáncer y manejo de patologías emergentes. Los objetivos principales son alcanzar una liberación controlada de los fármacos y reducir los efectos adversos.

- ¿Existen en el mercado medicamentos nanoformulados aprobados por las autoridades reguladoras?

Disponemos de una veintena de nanopartículas aprobadas tanto por la FDA como por la EMA para el diagnóstico y tratamiento de patologías como el cáncer. La gran mayoría de las nanopartículas terapéuticas son de naturaleza liposomal. En Chile contamos con algunos como doxorrubicina y anfotericina liposomal y nanopartículas de paclitaxel.

- ¿Cómo se cruza el concepto de la bioequivalencia con la nanotecnología? Esto porque las nanoformulaciones tendrían mejor biodisponibilidad que un referente estándar. 

Es un tema complejo, pero muy interesante a la vez, es decir, comparar la biodisponibilidad de un fármaco nanoencapsulado con el medicamento referente, pues claramente el perfil farmacocinético será diferente, la frecuencia de administración será menor (idealmente) e incluso puede ser que se modifique la vía de administración, por lo que pienso que de “similar” al referente no tendrá mucho. Sin embargo, creo que, si se logra demostrar la prolongación del efecto terapéutico, se reducen los efectos adversos y se mejoran los resultados y la calidad de vida de los pacientes, vale la pena realizar todos los estudios clínicos necesarios para la aprobación de nuevas formulaciones de este tipo.

- ¿Existe interés por incorporar estos nuevos conocimientos?

A pesar de que esta tecnología se viene desarrollando por cerca de 15 años en nuestro país, existe poco interés de la industria por interiorizarse en el desarrollo de medicamentos a base a nano o microtecnología. Es algo que debemos mejorar, la vinculación con las universidades, servicios de salud e industria. Esto es muy importante para buscar soluciones a problemáticas nacionales y crecer en esta área, tal y como ocurre en Brasil o Argentina.

- Dónde ve mayores posibilidades para las nanoformulaciones. ¿En medicamentos, productos naturales, cosméticos o desinfectantes?

Las aplicaciones pueden ser diversas, medicamentos naturales, sintéticos, biológicos, suplementos alimenticios, dispositivos médicos o cosméticos. Por ejemplo, en este último punto es posible nanoencapsular antioxidantes y aumentar su estabilidad en las formulaciones cosméticas, porque es habitual que estos compuestos se degraden en presencia de luz, oxígeno u otros componentes de la formulación. 

- ¿Cuánto mejora la biodisponibilidad y efectividad de un medicamento formulado con nanopartículas?

Es relativo. Dependerá de la matriz seleccionada, el tamaño de partícula que se obtenga, la afinidad del fármaco con la matriz y el mecanismo de degradación involucrado. Nosotros, por ejemplo, logramos prolongar las concentraciones plasmáticas terapéuticas de un antibiótico luego de ser microencapsulado y administrado por vía intramuscular (modelo animal), manteniendo concentraciones terapéuticas por seis días, versus un día con respecto al fármaco libre (medicamento convencional).

- Por último, ¿cómo se maneja el efecto excipiente con esta tecnología?

La correcta elección de los excipientes utilizados es fundamental para obtener el efecto terapéutico deseado. Las interacciones fármaco-excipiente deben ser muy bien estudiadas. Las proporciones utilizadas se evalúan mediante diseños experimentales para obtener nanopartículas con el tamaño, forma, potencial de superficie y eficiencia de encapsulación deseados. Cualquier modificación en el excipiente (componente de matriz) hará que el sistema se comporte de un modo completamente diferente en el organismo, ya que se modifican inmediatamente sus características fisicoquímicas.